domingo, 26 de enero de 2014

Un año de Contrabando















ENTREVISTA a Manuel Turégano, editor de Contrabando

Con motivo del primer aniversario de la presentación pública de la Editorial, el pasado 26 de enero, en Valencia, “Libros por libre” (a través de Aldo Alcota), ha realizado esta entrevista con el editor de Contrabando.

¿Cómo ha sido el primer año de Ediciones Contrabando?

Muy duro, muy instructivo y muy estimulante. Los tiempos son lo que son, vivimos la mayor crisis en décadas. Pero las crisis son encrucijadas en las que lo nuevo encuentra siempre huecos inesperados por donde irrumpir. Y también son tiempos estimulantes para la creación. Nosotros hemos dado pasos bastante significativos en la dirección que queríamos seguir. Eso es lo importante, y lo que permite afirmar que, a pesar de todo, ha sido un buen año. Como decía un titular de prensa el otro día: “En todas las crisis aumenta el contrabando”.

¿Son favorables estos tiempos para la creación de una nueva editorial?

No lo sé, el tiempo lo dirá. A nosotros no nos ha ido mal. Hemos editado ocho libros, creado tres colecciones diferentes y realizado gran número de actos y presentaciones, con una notable afluencia de público. Todo eso son signos positivos y alentadores. Pero al mismo tiempo hay que reconocer que las ventas de libros están en un acusado descenso, sobre todos en los canales tradicionales. El remedio a esto, sin embargo, también está claro: hay que ir directamente al lector, contactar con él, bien personalmente, bien a través de internet. El reto es nuevo, pero muy estimulante.

¿Crees que las editoriales independientes ofrecen obras más arriesgadas, literariamente, que las ya conocidas en el ambiente?

Sí, creo que es así. Las grandes editoriales se ven obligadas, por la dinámica del mercado, a buscar best seller que les ayuden a cuadrar sus cuentas, peligrosamente desequilibradas. En consecuencia, arriesgan menos, buscan las ventas seguras, se lo piensan cien veces antes de apostar por un autor nuevo y rechazan casi todo lo que no tiene un aire comercial evidente. Para leer a los grandes escritores del futuro, hoy en día hay que acudir a las editoriales independientes, que son las que están apostando por ellos, aun a riesgo de romperse la crisma en el intento.

¿Hay un estallido masivo de editoriales independientes en la actualidad?

Sí, por supuesto. Las grandes son ya verdaderamente mastodontes integrados, en gran medida,  en ese complejo llamado “industria del entretenimiento”. El vacío que dejan, lo rellenan automáticamente nuevas editoriales independientes, que siguen haciendo esa labor incansable e imprescindible de ofrecer canales de edición a la nueva literatura, a los autores emergentes y, también, a buenos autores a los que la industria les hace el vacío por su supuesta falta de comercialidad o el sesgo rupturista de sus propuestas literarias.
 
¿Son importantes los nexos entre España y Latinoamérica para Ediciones Contrabando?

Importantes no, son la esencia misma de la editorial. Desde que nacimos dijimos con toda claridad que queríamos ser una editorial hispana, una editorial donde tuvieran cabida textos de las dos orillas. Y nuestro catálogo es un reflejo muy fiel de esa filosofía: hay cuatro libros de escritores españoles y cuatro de autores americanos: dos poetas chilenos, un narrador cubano y dos autoras argentinas. No creo que se pueda tener una buena perspectiva de la creación literaria en lengua española a día de hoy sin una lectura atenta y constante de los nuevos escritores de Latinoamérica.


¿Cómo puede llegar a sobrevivir sin problemas una editorial independiente?

Pues trabajando mucho, editando buenos libros, buscando muchos buenos lectores para ellos y haciendo una sana pedagogía de que la literatura hecha hoy en día y la literatura en lengua española tienen la calidad necesaria para cubrir las expectativas del lector más exigente. Y ese trabajo hay que hacerlo por dos medios fundamentales: la calle e internet. Por “calle” entiendo dar la cara constantemente al público, de forma directa y no sólo a través de los medios. Y, por otro lado, internet es una herramienta básica hoy para encontrar nuevos públicos, aunque quizá todavía no sabemos explotarla suficientemente bien.

Contrabando edita libros de narrativa y poesía. ¿Hay posibilidades de publicar libros de ensayo en el futuro?

Nosotros hemos edificado una arquitectura con tres pies: narrativa, que incluye novelas y cuentos, libros de poesía y una tercera colección, “textos y contextos”, que está abierta al ensayo, la crítica literaria, la reflexión en todos los órdenes y el teatro. Una editorial literaria tiene necesariamente que tener una ventana abierta al pensamiento.

¿Es difícil vender libros de poesía? ¿Hay público fiel para textos poéticos?

Sí, las dos cosas. Es difícil venderlos y, a la vez, hay un público que los busca, los compra y los lee. Un público minoritario, pero muy activo, muy fiel, muy bien formado, muy “leído”, por así decirlo. Casi en todas las ciudades españolas hay un pequeño circuito poético, de locales, revistas, tertulias... que configuran un espacio muy importante. Conocer esa realidad nos animó a editar poesía y el resultado, hasta ahora, es más que satisfactorio.

Muchas de las portadas de los libros de Contrabando fueron creadas por artistas. En eso se ve que hay una preocupación estética como característica de la editorial…

A veces nos olvidamos de que un libro tiene que aspirar a ser un “objeto perfecto”. Las cubiertas, la portada, son tan libro como el interior. Todo tiene que formar una unidad. Aquí hay que conjugar dos factores: una editorial debe tener un aire reconocible, un diseño que la identifique; pero a la vez, cada libro tiene que tener su propia identidad. Intentamos tener en cuenta ambas cosas, aunque no siempre es fácil. Trabajar con artistas e ilustradores es un beneficio añadido, pero también una fuente de sanos conflictos. En todo caso, lo seguiremos haciendo en el futuro.

 ¿Qué planes tiene la editorial para los próximos meses?

Seguir editando, que no es poco. Ya no somos un simple proyecto, ahora tenemos un catálogo incipiente y muchos libros valiosos e interesantes llamando a la puerta. Por desgracia, ni siquiera podemos publicar todo lo que nos llega y merece ser publicado. Además, la exigencia de llevar cada libro “casa por casa” consume mucho tiempo y esfuerzo, pero es imprescindible, lo vamos a seguir haciendo. Y, por supuesto, vamos a potenciar nuestra presencia en internet y las redes sociales, así como la venta on-line, a través de nuestra página web, que es la forma más rápida, cómoda y barata, tanto para el lector como para la editorial.
           
Como editor y escritor, ¿qué ciudad es más favorable para que un autor pueda desarrollarse y vivir inmerso en el ambiente literario veinticuatro horas? Hoy en día se habla mucho de Barcelona y Nueva York.

Dudo mucho de esas creencias. Los grandes escritores no salen siempre del “centro”, sino muchas veces de la periferia. La Praga de Kafka o el Dublín de Joyce no eran precisamente el centro del mundo a comienzos del siglo veinte, y sin embargo Kafka y Joyce revolucionaron completamente la literatura. Los escenarios son importantes, pero no creo que definan a priori la calidad de la obra.
           
 Si hubieras conocido a Kafka, Proust o Joyce en los tiempos donde aún no tenían reconocimiento, ¿les hubieras publicado?

Claro, uno está tentado a contestar rápidamente que sí, que por supuesto. ¿Quién no quisiera colgarse semejante medalla? Pero los editores estamos inevitablemente marcados por lo que se podría llamar el “síndrome de Gide”, que como es sabido rechazó el primer volumen de “En busca del tiempo perdido” cuando era lector de Gallimard. Nadie está a salvo de cometer un error. Pero lo cierto, también, es que editoriales como la nuestra, que no están tan pendientes de encontrar el best seller de primavera, o del próximo otoño, pueden afinar más su oído y ser más receptivas a las propuestas más novedosas y rupturistas, como lo fueron en su día los libros de Joyce, Kafka o Proust.

¿Hay más editoriales en Valencia o en el resto de España que tengan similitudes a las ideas de Contrabando?

Sí claro, no somos los únicos. De todas formas, Ediciones Contrabando, amén de por nuestro propio deseo, reconozco que también ha nacido por una cierta “necesidad”. Necesidad de abrir cauces a autores y a obras que no lo tienen nada fácil en el mercado editorial actual. Cierto, en España se editan casi ochenta mil libros al año, una barbaridad. Pero si cogemos un segmento muy definido: literatura en lengua española, autores noveles y obras arriesgadas, la cifra cae en picado. No olvidemos que gran parte de los magníficos sellos editoriales independientes creados en España en la última década se dedican casi en exclusiva a la traducción.
           
¿Dónde crees que le puede ir mejor a la editorial, en el mercado español o latinoamericano?

Hoy en día trabajamos casi en exclusiva en el mercado español, aunque hemos comenzado a buscar un distribuidor para Iberoamérica. No obstante, si tomamos un poco de perspectiva respecto al proyecto en sí, creo que en el futuro seremos una editorial muy volcada en Hispanoamérica. De hecho, uno de nuestros propósitos este año es ir a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, verdadero epicentro de la edición en lengua española. El lector hispanoamericano es muchas veces más abierto, acepta mejor la novedad y el experimento, la ruptura, el texto del porvenir.
           
Hasta la fecha, ¿con cuál libro de los ya editados volverías a publicar una segunda edición?

De momento, no somos muy ambiciosos, ni alocados, no queremos ir a la quiebra demasiado pronto... Lo prioritario para nosotros es vender los 500 ejemplares de la primera edición de cada libro. Puede parecer poco, pero es que la gente desconoce las cifras reales de ventas de este país. Y no digamos los años que necesitaron Joyce o Kafka, por volver a citarlos, para vender esa cifra de libros en su tiempo. Sin duda, muchos de los libros que editamos venderán muchos más ejemplares, y se reeditarán, algunos de ellos muy pronto, pues están casi agotados, pero aún así creo que durante mucho tiempo no perderemos esta guía: lo importante es vender los 500 ejemplares de la primera edición de cada libro. Si lo hacemos, Contrabando vivirá. Y en ello estamos.


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