ENTREVISTA DE LA REVISTA NONADA
Por RAFA HONRUBIA de la revista
NONADA/ Fotografía: Eva M áñez
Fecha: 30 de enero 2014
Experimentar y recorrer los límites
indefinidos e infinitos de la imaginación. Para unos la frontera es estanca,
para otros es apertura. El artista chileno Sergio Pinto Briones prefiere saltar
la alambrada. Por eso ha elegido la poesía visual, porque es allí “donde falta
explorar”. El pasado jueves presentó su libro ‘De Facto’ en la galería Imprevisual de Valencia.
Como periodista ha colaborado en
‘El País’, ‘Calle 20′, ‘National Geographic’, y en Chile, en ‘The Clinic’.
Ahora es editor literario de la revista ‘Canibaal’ y vive en
Valencia después de un periplo que le ha llevado por Barcelona, París y Madrid,
además de su Santiago de Chile natal. Su dedicación actual es recorrer la
imaginación, adónde llega asiduamente mediante la poesía visual. En concreto
con ‘De Facto’, que es la suma de dos obras ya publicadas anteriormente:
‘Barbaridades in situ’ y ‘El balcón de la planta baja’.
Sergio Pinto Briones refiere un frase
brillante del escritor checo Gustav Meyrink para
interiorizar la poesía visual: “aprender a ver las formas viejas con ojos
nuevos, en lugar de mirar, como hasta ahora, las formas nuevas con ojos
viejos”. Desde su punto de vista, en este entendimiento reside la fórmula de la
“juventud eterna”. La juventud es una forma de experimentación. Con 18 años, en
un regimiento del norte de su Chile natal, accedió a la que entonces todavía
era la segunda oficina de Augusto Pinochet cuando era Comandante en Jefe del
Ejército. Dejó las marcas de sus zapatos en el escritorio del dictador. Quizá
estas huellas fueron el origen de su poesía visual.
¿Qué es la poesía visual?
Joan Brossa dijo “todo lo que se ve y es poesía, eso es
poesía visual”. Es decir, es la mezcla perfecta entre la poesía convencional
con las artes plásticas. Esta expresión pertenece al corpus de la poesía
experimental donde su gran precursor en España fue Gómez de la Serna a
comienzos del siglo XX. Esta unión entre ambas expresiones permite la eclosión
de significados que muchas veces las palabras y las imágenes carecen por
separado. Es el convencimiento total de la plasticidad del lenguaje verbal e
icónico, de la vida misma. De cómo la poesía y la vida es verbo, es acción. Es
un mirar hacia delante, sin dejar de mirar atrás. Admirar a los padres
poéticos, pero también desobedecerlos, no caer en la sumisión. La poesía es
eso, lo contrario es resignación y estancamiento, llevado a la pintura, sería
quedar pegado en la pintura de los bodegones.
Hablamos de una disciplina que no es
nueva, se lleva haciendo siglos y, sin embargo, se ha mantenido en una segundo
plano. ¿A qué crees que se debe esto?
Ya las antiguas civilizaciones conocían el potencial de este tipo de
expresión. El mejor ejemplo son los ideogramas chinos y los caligramas griegos.
Bellísimos. Siempre ha habido personas que han practicado esa unión con el
lenguaje icónico. Hemos pasado por el oscurantismo-eclesiástico medieval, luego
el renacimiento con fecundos frutos, pero la ilustración encandiló a través de
respuestas extremadamente racionales, dejando encasillado como estanterías a
las diferentes expresiones, asimilando la idea que todo son leyes y no
paradojas, cuando lo cierto es que la poesía y las artes son la más pura
paradoja.
¿La poesía visual está más cerca de las
artes plásticas o de la literatura? ¿Es una mezcla de ambos?
Como es la mezcla de ambos, hay poetas visuales que se
encuentran más cercanos a la literatura y otros a las artes plásticas. Yo en
particular, me siento cada vez más cercano a las bellas artes, a lo expositivo.
Hago poesía visual en papel y en videoarte, donde exploro los límites del
lenguaje también a través de las nuevas tecnologías. De momento, eso para mucha
gente es muy extraño. Sólo es tomar el ímpetu de los vanguardistas que no se
conformaron con que la imaginación era circundada en una única forma de
expresión. Lo contrario es invalidez mental. Una cosa es no manejar la técnica,
hay que superar el miedo, la imaginación es infinita, y el verdadero poeta lo
sabe, como los renacentistas. Por eso muchos usan su cuerpo en las
performances, pintan, escriben novelas, hacen películas, todas mentes muy
sensibles. En ese sentido, los vanguardistas fueron tremendos y también muy
difamados al comienzo por los oportunistas que luego se sumaron al carro del
éxito cuando los vanguardistas ya eran un canon.
¿Qué proceso sigues para
construir un poema visual?
La intuición,
trato de no intelectualizar al comienzo. Primero aglutino sensaciones que luego
me llevan a una imagen y luego viene la idea. Desarreglar los sentidos,
vaciarse, y sacar prejuicios. Eso es ser subversivo, no creer en las leyes de
la literatura. Perder miedo al ridículo, perder el control con la imaginación.
Ya lo dijo Blake: “Si las puertas de la percepción fueran purificadas todo se
aparecería al hombre tal cual es: infinito”. La poesía visual va en ese camino.
‘De Facto’ desprende una ironía
afilada que se ahorra los efectismos innecesarios para criticar a una sociedad
cada vez más dominada por los iconos y las imágenes. ¿Es el símbolo, en
cualquiera de sus formas, más potente que la palabra?
Sí, muchas veces los símbolos y los códigos ayudan a
cambiar miradas, modos de pensar, ver otras realidades que las preestablecidas
por el lenguaje convencional. Son una puerta extrasensorial al pasado y al
presente, y con esto no hablo de esoterismo. Todo lo contrario. Hablo de la
imaginación donde no caben las formas y la percepción ordinaria. Es un ir más
allá, y creo que los verdaderos poetas lo captan y lo entienden.
¿Cómo definirías tu poesía?
Yo hago poesía visual que se llama ‘Concreta’, donde los
símbolos y las palabras interactúan en el papel o la tela en blanco, como parte
del lenguaje del silencio como paisaje. Como un trabajo de escultor voy
puliendo, hasta llegar a la esencia de la poesía. Muchos la encuentran
minimalista, pero nada de eso. No es poesía convencional. No se pueden
comparar. En esa simpleza o minimalismo que llaman algunos, está la complejidad
más absoluta.
Estamos inundados de signos e imágenes
y, sin embargo, la escuelas españolas carecen de asignaturas que analicen el
lenguaje visual…
Sobre todo
porque las escuelas están hechas a bases de mecanicismos, donde no entra lo
extrasensorial, sólo lo sensorial domesticado, por lo que la imaginación, la
más viva expresión, está relegada. A los niños en las escuelas los subestiman
no mostrándoles la simbología. Pensar que las simbologías se enseñan en los
colegios lo veo lejano. A los estudiantes de Psicología se les imparten
Psicoanálisis someramente, en un solo semestre. Eso es una inmoralidad. Para
muchos el tema del psicoanálisis, los símbolos son considerados casi
pseudociencias. Primero hay que cambiar la mentalidad, sacarse de la cabeza los
patrones de la iglesia que, aunque se reniegue de ella, la inquisición mental
permanece todavía en el país que creó esa institución (Santo Oficio).
Estás haciendo un documental sobre
educación libre…
Es un documental
sobre la Escuela Libre Tierra de Niños, de Valencia.
He registrado con mi cámara a niños íntegros jugando, aprendiendo libremente,
acompañados de un entorno con mucho amor y respeto a su individualidad. La
educación es un tema que me apasiona, ya que está muy relacionada con la
imaginación. La palabra educar viene de ‘ex ducere’, es decir, sacar desde
dentro hacia fuera. Allí deberían estar los maestros, sacar lo mejor de los
niños, sin usurparles. Los maestros tienen una gran responsabilidad en sus
manos. Yo a muchos profesores del sistema público y privado les diría que se
plateen qué es la educación, ya que muchos de ellos transmiten todas sus
inseguridades y neurosis a los chicos, creando réplicas en los menores a través
de su poca visión de mundo, sus pocas lecturas y el miedo a conocer expresiones
nuevas a través de la imaginación.
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