¿Cómo leer la literatura? ¿Como vemos la
televisión: es decir, como una forma de entretenimiento o evasión? ¿O con la
actitud del ilustrado, que divorcia la ficción del verdadero conocimiento?
En uno de los capítulos de su libro de ensayos
"Crítica y ficción", Ricardo Piglia (Adrogué, Buenos Aires, 1940)
recoge una entrevista concedida por él a mitad de los años noventa y dedicada
exclusivamente a un tema: William Faulkner.
El “tema” no es, desde luego, menor, porque
desde los años 30 y hasta bien entrados los 60 y los 70, Faulkner era la
referencia básica de toda la narrativa hispanoamericana: de Borges a García
Márquez, pasando por Onetti o Sabato, y llegando hasta el propio Piglia, cuya
obra capital, “Respiración artificial”, de 1980, todavía se mueve en el
interior de una atmósfera netamente faulkneriana.
Piglia
aborda muchas cuestiones en esa entrevista, pero me parecen especialmente
relevantes las que se refieren a Faulkner “como lector”. Piglia se detiene
inicialmente en una frase que Faulkner colocó en la introducción de 1933 a su
libro “El ruido y la furia”: “Escribí este libro y aprendí a leer”. Escribir
-dice Piglia- cambia el modo de leer y, en consecuencia, todo escritor
construye (o reconstruye) su propia tradición y su propia genealogía literaria,
a partir de su propia obra. No hay patrón objetivo: el canon viene definido por
lo que se escribe.
Pero,
¿desde dónde escribía/leía Faulkner?
Su posición era verdaderamente excéntrica.
Desde el sur derrotado y marginado, la cultura de la costa Este era algo
exterior: él estaba fuera, y lo veía todo desde fuera. Podía leer “de otro
modo”; no como un “culto universitario” del Este, sino “como un campesino”,
según él mismo decía con una ironía muy sofisticada.
Esa
combinación de leer “como un escritor” (y no como un intelectual) y de leer
“como un campesino” (y no como un hombre de letras), dice Piglia, hacen de
Faulkner un lector extraordinario: “todo lo que dice de la literatura
contemporánea es muy inteligente”.
Y especialmente acertado le parece lo que dice
sobre Joyce: “Joyce - dice Piglia – debe ser el escritor más estudiado del
siglo XX, pero nadie lo leyó tan bien como Faulkner”. Y quizá la clave de ello
está en lo que el propio Piglia cita en otro momento de la entrevista, trayendo
a colación una frase de Faulkner extraída de la mítica entrevista al escritor
publicada por “Paris Reviw”: “Hay que leer el Ulises con fe”.
“Hay que leer la literatura con fe, es decir
como un modelo de vida, como un oráculo personal”, reafirma Piglia. Esa es la
verdadera lección. Y concluye reconociendo: “Eso han sido los libros de
Faulkner para muchos de nosotros: formas de experiencia, acontecimientos
importantes en la vida personal”.