PRESENTACION “GUERRA Y PAN” – SINDOKMA – CENTRE CULTURAL LA NAU - VALENCIA- OCTUBRE 2017
Decía antes que este libro tiene una curiosa cronología que podemos rastrear hasta 2014 con la publicación en Lengua de Trapo de “Piedras negras”. Cuando publica “De este pan y de esta guerra” lo hace para dar cabida a todos los cuentos que se habían quedado fuera del libro anterior, porque en aquel entonces trabajaba en otros relatos que quedaron cerrados con posterioridad a la publicación de aquel, bien porque el resultado no le convencía o porque estaban entonces inconclusos o porque no pasaban de ser el embrión de un cuento futuro. Como él mismo dice, la experiencia, el tiempo, el profundizar en la psicología de estos soldados, es lo que le permitió acabarlos.
Los cuentos que conformaban “Piedras negras” habían visto
antes la luz en la revista digital Agitadoras acompañados de las ilustraciones
de Fernando Fuentes, Miracoloso, a quien por cierto, Jesús dedica este
libro. Pero la edición de “Piedras
Negras” nos escatima las ilustraciones, con lo que el libro pierde su
complemento ideal. Cuando la editorial Contrabando, decide publicar, con muy
buen ojo crítico, el nuevo libro de Jesús “De este pan y de esta guerra” tiene
la intención de restaurar, de unir, lo que el destino editorial había separado,
porque las ilustraciones de Miracoloso inspiradas en los relatos de Jesús son
inherentes a su propia literatura, en una especie de do ut des, la
fórmula de los antiguos contratos romanos, “te doy para que me des”.
Bien, así llegamos al año 2016, como el “annus mirabilis” de
Jesús Zomeño. La editorial Contrabando edita, como acostumbra, con muy buen
gusto, con sobriedad y elegancia, “De este pan y de esta guerra” y después del
verano la editorial mallorquina Sloper edita “Querido miedo” donde Jesús
proyecta una mirada entre nostálgica y elegíaca ante la década de los 80 y que
tuve la ocasión de presentar también en este mismo lugar. Dos libros de plena
madurez en la trayectoria de Jesús pero con registros e intenciones singulares,
dos lecturas distintas pero igual de magnéticas. Ambos libros aparecen en 2017,
como candidatos a los Premios de la Crítica Valenciana. Yo no sé si esto ha
ocurrido anteriormente con algún autor. Evidentemente, debe ser algo bastante
excepcional el que dos libros de un mismo autor sean escogidos, y dentro de la
misma categoría, a competir por los Premios de la Crítica. Y, a Jesús le es
concedido el Premio precisamente por este libro, “De este pan y de esta
guerra”. Y ese galardón, de alguna forma hace revivir el libro, que había
aparecido un año antes, y lo lleva al primer plano de la actualidad literaria,
con nuevas reseñas y nuevas entrevistas a su autor.
Y, llegados a este punto, como si fuera un leitmotiv de sus
últimos libros, vuelve a aparecer el nombre de Miracoloso. El ilustrador y el
escritor han encontrado ya un acomodo perfecto el uno en el otro y, por otra parte,
la editorial le pide de Jesús que haga una especie de separata con tres o
cuatro cuentos que sirva como apéndice para acompañar al libro; y que, por supuesto,
contenga alguna ilustración de Miracoloso. Pero lo que Jesús le presenta al
editor no es esa separata para que vaya unida al libro premiado que va ya con
una faja en la portada a modo de condecoración. Lo que Jesús presenta es un
libro con nueve relatos nuevos y que tiene más de 80 páginas, lo que viene a
ser más de la mitad en extensión de lo que tenía el libro anterior. Como dice
el texto promocional de la contraportada, ese anexo ha devenido “un libro
autónomo y autosuficiente” y aparece como un libro más en el catálogo de la
colección.
En él encontraremos relatos que se sitúan en el frente, en
las trincheras; y otros, en la ciudad, donde se proyecta la sombra ominosa de
la guerra, aún conclusa. De los nueve relatos, no sabría con qué quedarme, si
con el tremendo final de la Balada del soldado Rusty; con “Hablemos de la belleza”, donde consigue
fundir una crudeza a veces difícil de digerir con un penetrante lirismo; el prodigio estructural y la vuelta de tuerca
final de “Máscaras” que tal vez sea mi favorito en esta entrega; el sugestivo
planteamiento de “Una noche en el cementerio monumental”; el suspense ascendente en “Moneda francesa”,
donde la atmósfera que consigue originar traspasa el propio estilo o “Botones”
que parte, como muchos de sus relatos de una anécdota doméstica. En los relatos
de Jesús, muchas veces se aprecia una correspondencia entre el mundo interior y
el mundo exterior, como si estuviéramos pasando de un lado a otro del espejo.
Y, desde este punto de vista, para Jesús, la literatura, su morfología
narrativa, es un banco de pruebas desde donde abordar esa dualidad. Por ello, los
seres que aparecen en sus relatos nos parecen lejanos y a la vez tan cercanos y
vivos. La grandeza de nuestro autor está ahí, en saber conjugar sabiamente la
reconstrucción del escenario histórico por un lado, y lo puramente humano por
otro, en la construcción de unos personajes hechos de nuestros mismos desvelos
y aflicciones, nuestras mismas dudas, zozobras y deseos.
Y llegamos con este libro, o con este apéndice, al final de
una etapa en la trayectoria literaria de Jesús, ¿o no..? Nunca se sabe. Los que
tenemos la fortuna de frecuentar su caldero literario, de visitar el taller del
hechicero, sabemos que ahora anda en otras cosas, en proyectos novelísticos
que, sin duda, van a ser una revelación en el panorama literario español de
este siglo XXI. Yo estoy convencido de ello y le auguro un gran éxito en esta
nueva etapa. Pero Jesús no abandona del todo el ámbito de las trincheras y la
Europa de entreguerras, siempre con Miracoloso
como ilustrador, se han
conjurado para volver a colaborar en la producción de algún cuento para, como
dice Jesús en la nota inicial, “no dar por terminado el libro”.
JUAN C. LOZANO FELICES.
Octubre de 2017